dilluns, 18 de juny del 2012

INOCENCIA




Nacemos inocentes. Sin emociones mezcladas, sin dudas, sin miedos, sin mentiras. Llegamos para descubrir, luminosos y coherentes. Vulnerables pero abiertos al mundo, animados por una curiosidad rotunda y radical, dotados de la pasión por vivir. Es entonces cuando comienza la búsqueda del sentido en una realidad diaria de luces y de sombras donde nos asaltan el amor, el miedo, la tristeza o la tentación. Cómo nos enfrentamos a estas etapas cruciales, desde la inocencia o desde la rigidez, determinará el tejido de nuestra existencia, de cada emoción, de cada gesto, de cada pensamiento.

El tiempo va pasando y con ello la inocencia que queda en nosotros.

Me imagino la inocencia como un tarro pequeño, con tapadera bonita, relleno de un líquido amarillento. Con el paso de los años y las experiencias vividas parece que ese líquido se fuga por algún recoveco dejando el recipiente cada vez más vacío, aunque nunca se logra vaciar del todo.

Antes, cuando el tarro estaba a tope, parecía que nunca cometeríamos ningún mal acto intencionadamente. Pero ciertas experiencias hacen que te vayas curtiendo y de esa manera aprender a adquirir tu "personaje" dentro de esta sociedad. A veces es duro, pero cada uno conoce sus fuertes y también las debilidades ajenas, y eso te forma de tal manera que te vuelves, o al menos lo intentas, resistente a ciertas cosas, porque ya conoces el camino, sabes por donde pueden venir los tiros y sabes como devolverlos para dar en el blanco, aunque no siempre lleguen al lugar esperado.

Y toda esa meditación de defensa/ataque y la formación de uno mismo, conlleva a la pérdida de inocencia y con ello pérdida de muchas ilusiones. Aunque siempre queda un poquito de líquido amarillento para que nos ilusionemos con algo...

Terapias de Ayuda

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada