divendres, 18 de maig del 2012

EXCLAVITUD INFANTIL


Estic molt sensibilitzada amb aquest tema, he pensat que penjaria aquesta informació dels diaris EL PAIS i el MUNDO. Es indignat en el temps que estem que ancara tinguem que llegir sa crueldad i les falta de respecta de com es tracta a n'es fillets.

Según el último informe de la ONU, los niños esclavos entre cinco y 14 años han disminuido en la última década pero han aumentado en un 20% los comprendidos entre los 15 y los 17 años. Y dice más, que entre ellos se están dando tasas escandalosas de accidentes y muertes. Más de 22.000 menores mueren en estos accidentes.
Teniendo en cuenta que cada vez es más claro que las diferencias entre los datos oficiales y los datos reales son mayores (los reales suelen ser mucho más altos), éstas no son noticias muy alentadoras.
Mientras, en los países occidentales, vemos como hay multinacionales que prefieren dejar a los adultos en el paro y subcontratar en estas condiciones de esclavitud a los niños. Paro y esclavitud infantil, son dos caras de la misma moneda cuyo resultado es el hambre y la miseria para el 80% de la humanidad.
La acumulación de dinero está cada vez en menos manos. ¿Nos vamos a quedar de brazos cruzados mientras vemos mueren muchos niños debido al trabajo esclavo? ¿A qué se espera para que la legislación internacional pueda juzgar y condenar estas injusticias?
Hoy más que nunca es necesaria la creación de una opinión pública que presione moralmente a las instituciones políticas para que luchen por erradicar la esclavitud infantil, creen trabajo digno para los adultos y se acabe con la especulación, o sea, la corrupción política. ¡Exijámoslo!— Marta de Hoyos García

MADRID.- De Haití al Reino Unido, pasando por Marruecos o Guatemala, no hay ningún país libre de la esclavitud infantil doméstica. Si entendemos como tal el trabajo realizado en condiciones peligrosas y de explotación por niños que no alcanzan la edad mínima de admisión al empleo o la superan, pero son menores, el número de chavales en esta situación asciende a 40 millones, según Save the Children.
10 millones de estos niños están "ocultos" en las viviendas, y no hay control sobre su actividad. Su "invisibilidad" los hace especialmente vulnerables a la violencia y los abusos. Sin derechos, salario u horarios, son sometidos a todo tipo de humillaciones y tratados como objetos. Así lo recoge el informe 'Esclavos puertas adentro', presentado por la ONG con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra este jueves.
Estos pequeños reciben distintos nombres según cada país, Kamaiya en Nepal, petite bonne en Marruecos o restaveks en Haití, pero su perfil y su drama personal son muy similares.
Se trata de chavales de entre 6 y 17 años, en su mayoría niñas, procedente de familias pobres, rotas o monoparentales y con poca educación. Desempeñan su labor en las ciudades, en jornadas laborales de hasta 18 horas, con escasa o nula remuneración. Asumen riesgos y responsabilidades impropios de su edad y sufren maltrato físico y psicológico.
Entre las niñas, los abusos sexuales son una realidad contrastada. Un estudio realizado por Save The Children a 500 niñas empleadas domésticas en Bengala confirmó que el 70% había sufrido maltrato y un tercio, abusos sexuales.

Europa, en el punto de mira

La esclavitud doméstica una de las ocho formas más frecuentes de explotación infantil, junto con la trata, la explotación sexual comercial, el trabajo por endeudamiento, el trabajo forzoso en la mina o la agricultura, los matrimonios obligados o los niños soldado.
Aunque al trabajar en un ámbito privado son muy difíciles de detectar, se estima que en Brasil puede haber unos 559.000 niños empleados de hogar, 332.000 en Kenia, 230.000 en Filipinas y entre 66.000 y 88.000, en Marruecos. Europa tampoco es ajena a este fenómeno.
Save The Children señala que en Francia y Reino Unido muchas niñas africanas son obligadas a trabajar como esclavas domésticas. Acceden al país con visados de turista o incluidas en los pasaportes de sus empleadores, inmigrantes adinerados de su mismo origen, que una vez en Europa confiscan sus documentos, privándoles de su única identificación. Algunas son vendidas a redes especializadas por sus padres, bien por dinero o por la promesa de una buena educación.
El vicepresidente de la ONG, Eduardo González, afirma que "no existen denuncias de esclavitud infantil doméstica en España", pero hay sospechas de que algunas de estas formas de explotación, como las de las petites bonnes marroquíes, han podido ser importadas por familias inmigrantes. Por ello "pedimos al Gobierno una actitud más vigilante".
La organización pide a los Estados, entre otras medidas, la inclusión de la esclavitud infantil dentro de sus políticas de reducción de la pobreza, la creación una legislación contra la trata de menores que acabe con su explotación doméstica, más fondos destinados a protegerlos y medidas preventivas.

http://www.ilo.org/public/spanish/comp/child/download/pdf/esclavitud.pdf

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