dijous, 1 de març del 2012

¿POR QUÉ HERIMOS A LAS PERSONAS QUE MÁS QUEREMOS?




A veces herimos a las personas por el simple hecho de creer que podemos hacerlo…
- ¿Alguna vez lastimaste a alguien sin querer?
- ¿Alguna vez ofendiste a alguien sin saber?
- ¿Hubo una vez en la que dijiste “te odio “cuando realmente no lo sentías?
- ¿Alguna vez discutiste con alguna persona hasta tal punto, por un simple desacuerdo?
- ¿Hubo una vez en la que preferiste que te tragase la tierra junto con todas tus palabras?
Muchas veces la mayoría de nosotros solemos herir a las personas que más queremos por algún tipo de discrepancia o estupidez humana. Toda discusión tiene un nombre y se llama “la razón”. La mayoría de personas quieren siempre tener la razón y son pocas las que verdaderamente aceptan su error, por el simple deseo de no quedar mal ante los ojos de los demás. Es lógico no querer quedar mal ante las demás personas pero a la vez es un error, ya que una de las cosas más preciadas del mundo es la humildad. Hay ocasiones en las que no necesariamente hace falta una discusión para herir a alguien, a veces solemos actuar de esa forma por el simple hecho de levantarnos de mal humor o quizás porque algo previamente nos molesto, descargamos todo ese coraje que sentimos por dentro hacia alguien sin pensarlo y muchas veces ese “alguien” suele ser nuestro ser querido. Sea cual sea la razón o principio de la discusión y mal humor, la verdad es sólo una: Solemos herir a las personas muy fácilmente pero no sabemos exactamente por qué lo hacemos.

¿Por que lo hacemos?:

- ¿Lo hacemos porque realmente no sentimos absolutamente nada por aquella persona?
- ¿Por que ya estamos cansados y muy aburridos de verles diariamente el rostro?
- ¿Por qué quizás en un tiempo estuvimos confundidos y una vez creíamos quererlos?
- ¿O tal vez queremos tanto a esas personas y las herimos porque creemos que podemos hacerlo?
Así es, muchos de nosotros herimos a las personas que más queremos porque creemos que tenemos el derecho y el poder suficiente para hacerlo, cuando en realidad no es así. Muchas veces queremos a alguien pero lamentablemente no sabemos de qué forma, no sabemos de qué manera expresar nuestro sentimiento. Cuando ignoramos es que nos convertimos producto de lo que se ve diariamente en el mundo, discusiones, separaciones, y guerras sin sentido. Nunca es tarde para enmendar nuestros errores, lo primero que debemos hacer es aceptar que los tenemos, luego tomar acción de los mismos y tratar de no volver a cometerlos y aprender de esas experiencias malas. Recuerda que los errores se cometen con las personas que ya conocemos y queremos, no con las que acabamos de conocer.
Vuelvo a reiterar que nunca es tarde para enmendar nuestros errores, piensa antes de hablar y actuar para no lastimar a alguien ya que no todas las personas solemos tomar las cosas por igual, muchos de ellos pueden interpretarlo de mala manera y sentirse ofendidos y lastimados, piensa si realmente vale la pena contradecir a alguien cuando se sabe que no se tiene la razón y sobre todo recuerda que nadie merece ser tratado mal.
                                                                              Cuerpo y Mente

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