Dic el que pens... Pens el que dic

ESCAPAR SIN CULPA

Escribe y coordina: JUAN LUIS HERNÁNDEZ GOMILA  (DIARIO MENORCA)

JUAN LUIS HERNÁNDEZ GOMILA

Espido Freire (Bilbao, 1974) inicia su novela "Melocotones Helados" (Premio Editorial Planeta 1999) con un texto desgarrador: "Existen muchos modos de matar a una persona y escapar sin culpa: es fácil deslizar una seta venenosa entre un plato de inofensivos hongos. Con los ancianos y los niños, fingir una confusión con los medicamentos n o o f r e c e problemas. Se puede conseguir un coche y, tras atropellar a la víctima, darse a la fuga". Rosa Seguí, la autora de una de las cartas seleccionadas esta semana, abunda en el tema. Es fácil, muy fácil, especialmente en este país, matar a una persona, efectivamente. Por ejemplo con la calumnia, aunque se trate de otra muerte, no física, pero si moral, profesional, social, familiar… Y salir sin culpa a tenor de una legislaciónque, en este sentido, como en tantos, deja mucho que desear. A lo anterior habría que sumar, por ende, el que todos, en mayor o menor medida, nos hayamos mudado puntual o reiteradamente en sicarios del prójimo mediante la difamación, consciente o inconscientemente. Si a lo dicho añadimos el uso que del insulto y la degradación ética se efectúa en programas televisivos barriobajeros con enorme audiencia, el panorama que surge es desolador, no tanto por quien emite y n e g o c i a con las miserias del vecino, como por la sociedad enferma que lo acepta y lo aplaude. Si la calumnia era letal antes, lo es todavía más ahora por su capacidad de expandirse a través de unas redes sociales difícilmente controlables. Y, como guinda, la tolerancia o aceptación generalizada para quienes hacen del cotilleo, del crimen espiritual, oficio, vocación y arte. "Jutjat de guàrdia", la carta a la que nos referimos, es, por tanto, oportuna reflexión sobre un tema en el que, rara vez, incidimos, desbordados por los temas económicos y políticos que nos asolan. Tomar conciencia del daño que puede infringir la palabra mancillada; la tendencia innata en el hombre de erigirse en juez, pero siempre del prójimo y la repulsión que nos causa el que, fiel a sus principios, se aleja de lo que consideramos políticamente correcto, sin dejarse moldear o manipular, son algunas de las bellísimas aportaciones de Rosa Seguí.

CARTA SELECCIONADA

Jutjat de guàrdia
 De Rosa Seguí Seguí. Sant Lluís. 14 de febrer. La autora, con una gran riqueza y profundidad argumentativas, nos advierte de los peligros que comporta, en la sociedad actual –probablemente en la de todos los tiempos-, tratar de ser uno mismo... Perseverar en ese empeño comporta, incluso, como dice Rosa, un cierto grado de heroísmo. La fidelidad para con las ideas y principios personales ha de sobrevivir, pues, en un mar tenebroso donde el cotilleo, la calumnia, las modas, lo políticamente correcto, los juicios temerarios y mil factores más no hacen sino dificultar la travesía de quien quiere seguir siendo honesto consigo mismo. Peligros viejos, eternos, pero agravados hoy por las nuevas tecnologías que favorecen la propagación rápida de la verdad, pero aún más de la mentira: "Avui dia ser un ciutadà més i lluitar per les teves pròpies decisions personals d’una manera sana i saludable és mereixedor d’una condecoració. Es converteix en un autèntic debat popular i un vertader delicte públic intentar ser un mateix (...) Voler tenir un ofici que no ens pertanyés perillós, jutjar els demés amb una executòria destructiva interna és una d’elles. Formant part d’una societat de xafarderia, moltes vegades morbosa, amb les seves pròpies lleis de carrer, moltes d’elles desmesurades. Les persones processem i jutgem intencionadament o no, però aquesta sentència ens pot condicionar els nostres pensaments i accions positives (...) si no tenim uns principis ben arrelats i interioritzats. Hauria d’estar penat el jutjar la gent sense abans haver-se jutjat a un mateix. Ser el protagonista de la teva pròpia vida avui en dia en aquest món de criticaires curiosos és una genuïna heroïcitat. "La vertadera professió de l’home és trobar el camí cap un mateix" (Hermann Hesse)".