dimecres, 27 de febrer del 2013




Casi todos los grandes maestros de todas las tradiciones están de acuerdo en que lo esencial es dominar un camino, una senda hacia la verdad, siguiendo una tradición con toda la mente y todo el corazón hasta el final del viaje espiritual, y mostrándose al mismo tiempo abierto y respetuoso con todas las demás.
"La verdad espiritual no es algo complejo ni esotérico, sino que, de hecho, es simple sentido común. Cuando se comprende la naturaleza de la mente, se desprenden las capas de confusión. En realidad, no se "convierte" uno en un buda, sino que, sencillamente, va cesando poco a poco de estar engañado. Y ser un buda no es ser una especie de superhombre espiritual omnipotente, sino llegar a ser por fin un verdadero ser humano."


«La felicidad o el sufrimiento, el cielo o el infierno, dependen de la mente y de los cinco sentidos, es decir, de como la mente percibe las cosas del exterior».
«Las enseñanzas de Buda son amplias, pero se resumen en paz, compasión y sabiduría».

«Todos estamos interconectados, lo que pasa en Irak nos afecta a todos, por tanto, si tenemos una visión interdependiente de la vida, eso nos inspira la no-violencia. Siempre damos la culpa a los otros de lo que nos pasa, pero cuando comprendemos que las cosas son interdependientes, la rabia y el odio se disuelven y nos damos cuenta que no nos podemos enfadar con nadie. Aprendemos que nosotros somos responsables de nuestra vida y también de lo que sucede en el mundo».

Se trata de transformar nuestra visión de las cosas, de lo negativo a lo positivo, y paso a paso la mente aprende a estar en un estado de paz, y al final se torna creadora de esta paz porque nada proveniente del exterior no la altera. La mente es como el agua, si no la movemos se aclara».«fuera no encontraremos la paz ni la felicidad».

En tibetano meditar significa ‘acostumbrar la mente a...’ propiciar actitudes virtuosas, estabilizar la mente, conseguir un estado de presencia y de conciencia en cada momento de nuestra vida.

 



Sogyal Rimpoché – Lama tibetano
Las sabias palabras de un maestro...

 
«No podemos dar amor o perdón si no lo hemos experimentado en nuestro interior., el mundo necesita boditsavas o ‘servidores activos de la paz’ (abogados, economistas, periodistas, artistas, carpinteros boditsavas...). Cualquier persona ha de comprometerse a mantener la paz, comenzando por cultivar su paz interior. Se puede ayudar a vencer el miedo con vuestra presencia cariñosa. El mundo se transforma cuando la gente cambia. Si se puede practicar de esta manera la gente se vuelve útil para cambiar el mundo, y si se puede encarnar la sabiduría y la compasión podría haber paz e iluminación en el mundo. Lo principal es domesticar la mente.»

Al final ha dado un ejercicio para hacer cada día: Por la mañana, comprobar y vigilar la motivación pura de lo que tenemos que hacer durante el día. Por la noche, revisar todas nuestras acciones, y si el ego ha intervenido, pediremos perdón y renovaremos la motivación espiritual para el siguiente día. «Es una gran práctica que gradualmente nos transformará en mejores personas y seremos más auténticos.»

 Dalai Lama: «Mientras exista el espacio, y los seres sensibles lo sostengan, que pueda yo permanecer para eliminar la miseria del mundo».

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