Un creativo es un hombre corriente que ama la vida cortando leña, trayendo agua de un pozo, cocinando. Todo lo que toca se convierte en sagrado; no es que esté haciendo grandes cosas, pero todo lo que hace, lo hace grande. Lo grande no está en lo que haces, está en la conciencia que pones mientras lo haces.

Nos preguntamos a veces “cuál es el verdadero arte”.

El verdadero arte es aquel que te ayuda a estar en silencio, calmado, dichoso, el que te da ganas de celebrar, te hace bailar. Si alguien participa contigo o no, carece de importancia, se convierte en un puente entre tú y Dios. Es el que convierte en meditación tu trabajo, el que te hace quedarte absorto; tan absorto que el ego desaparece.

No te preocupes de que es el verdadero arte si haciéndolo disfrutas, si haciéndolo te pierdes, te sientes inundado de alegría y paz. Lo decisivo en la creación es tu sentimiento interno, tu sensación y calor interior. Practiques el arte que practiques, disfrútalo al máximo; es la mejor forma de meditar, de orar, de establecer contacto con Dios; no necesitas nada más. Estas haciendo verdadero arte, estas en contacto con la fuente creadora, con la vida...con Dios.

Crecimiento Interior