dimarts, 23 d’octubre del 2012



"Da al tonto mil inteligencias y sólo querrá la suya", dice un proverbio árabe.
 Comenzamos a plantar el jardín de nuestra vida y, cuando miramos al lado, reparamos en que el vecino está ahí, espiando. Él es incapaz de hacer nada, pero le gusta ofrecer ocurrencias disparatadas sobre cómo sembramos nuestras acciones, plantamos nuestros pensamientos, regamos nuestras conquistas.
Si prestamos atención a lo que él dice, acabamos trabajando para él y el jardín de nuestra vida será idea del vecino. Acabaremos olvidando la tierra cultivada con tanto sudor, fertilizada por tantas bendiciones. Olvidaremos que cada centimetro de tierra tiene sus misterios y sólo la paciente mano del jardinero puede descifrarlos. No vamos a prestar atención al sol, a la lluvia y a las estaciones...para centrarnos sólo en esa cabeza que nos espía por encima de la cerca.
El tonto al que encanta ofrecernos opiniones disparatadas sobre nuestro jardín nunca cuida sus plantas.

Paulo Coelho

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