diumenge, 31 de març del 2013








Pensamiento:
                       "El destino hay que comprenderlo, aceptarlo y si es adverso perdonarlo y el futuro   hay que inventarlo a través de nuestro esfuerzo y dedicación"
                                                                                          anónimo






La excelencia no tiene límites de velocidad y para eso se requiere libertad, decisión, voluntad e inteligencia. La libertad se considera como el centro de la vida humana y al utilizarla adecuadamente equivale a perfeccionar tu calidad de vida.
Un ser humano excelente es aquel que influye en los demás y que busca siempre el bien para él y para los que le rodean. La excelencia es saber amar, saber ser amado y ver siempre las cualidades de las otras personas, buscando constantemente su bienestar.

La excelencia es saber servir y apoyar con placer a los demás, porque entre todos se puede encontrar una mejor forma de hacer las cosas.

Cuando una persona es excelente quiere decir que es un privilegiado como ser humano porque está en desarrollo constante. Ser excelente es saber comunicar paz a los demás, aprovechar puntos de oportunidad y transformar dificultades en acciones positivas, pero no hacer por otros lo que estos pueden hacer por sí mismos. Un ser excelente sabe proteger sin asfixiar, sabe guiar sin imponer, sabe motivar a los que están a su cargo para que también puedan desarrollarse.

La excelencia es saber construirse solidamente como ser humano, con piezas de calidad como los buenos principios y los valores. El hombre que vive con excelencia posee, entre otras cosas, las siguientes características: Intuición y alegría, claridad en sus propósitos, originalidad, responsabilidad y libertad. Un ser humano excelente construye a otros, soporta el rechazo, no se frustra, mejor aún, le da sentido a la vida, es equilibrado en su pasión y responde con la razón.

La excelencia es abundancia
La persona excelente sabe reír y disfrutar de las cosas bellas que abundan en la vida. Por ser intuitivo, sabe relacionar grandes realidades, tiene una visión amplia y adelantada acerca del futuro. El ser excelente es inventor y creativo, pero sobre todo, promueve el surgimiento de grandes hombres, de nuevos valores y de cambios históricos.

La excelencia personal para sobresalir
La excelencia personal se define como una manera de vivir, una actitud mental y un pensamiento inclinado a solucionar cualquier problema, la excelencia se refiere a ser cada vez mejor. En otras palabras se puede definir como la manera en que el individuo desarrolla gran parte de su potencial, sin perder tiempo en buscar excusas o razones para demostrar que algo no se puede hacer. El único camino para lograr convertir nuestra riqueza potencial en real es precisamente a través del trabajo intenso y de calidad. Todo individuo que tome conciencia de lo que es, siente, piensa, hace, desea y dice está en un darse cuenta de sí mismo, y de lo que le rodea, lo que importa es el ser y no el deber ser, esto involucra el auto concepto y el autoestima.

El autoestima positiva es la base de la excelencia
Un autoestima positiva es el ingrediente base para que un ser humano pueda llegar a ser excelente. Dos características importantes del autoestima positiva son la dignidad y la capacidad de hacer las cosas de la mejor manera. Los seres humanos excelentes poseen muchas características valiosas, pero el autoestima es un elemento característico de los que son excelentes. Puede pensarse que las personas excelentes son seres superiores, pero en realidad no es así, lo que pasa es que poseen un autoestima elevada, se sienten muy seguros de si mismos y capaces de concretar lo que tienen en mente.

La excelencia se construye
En la vida todo es posible y naturalmente alcanzar la excelencia no es una excepción. ¿Piensas que las personas excelentes nacieron así?, por su puesto que no, la excelencia se construye sobre la base de un mejoramiento personal continuo. Parte de sus ingredientes son: la autoestima positiva, la responsabilidad, cambiar un bien por un bien mejor, sólidos valores personales, pensar a largo plazo, actitud positiva, la ética, la ambición (que no es igual a la codicia), buscar siempre ser mejores cada día y compartir nuestro conocimiento con los demás.
Pretender siempre algo más de lo que tenemos o de lo que somos, querer e intentar ser mejor cada día, es tener espíritu de superación permanente, es el camino hacia la excelencia. Pero lo más importante para lograrlo, es damos cuenta de lo que somos y poseemos, valorarnos como hace mucho tiempo no lo hacemos, y decidimos al cambio, a trabajar juntos, motivados por un espíritu de superación constante, para alcanzar la grandeza de nuestro país y el bienestar de todos los ciudadanos, sin excepción.

Estimado lector y lectora, el momento para que comiences a ser excelente es ahora y no después, es cuestión de tomar una decisión para cambiar definitivamente los viejos pensamientos e iniciar una carrera hacia la excelencia. En mi columna de los días Lunes “Conductas de éxito” siempre escribo que todo es posible cuando te decides hacerlo. Nosotros como seres humanos hacemos realidad las circunstancias negativas o positivas, como reza el dicho popular: "cada quien tiene lo que se merece". Si no estás de acuerdo con tu mundo actual, tu trabajo o tu círculo de amigos, ¡no te preocupes!, ponte en acción, cambia tu y ya verás que tu mundo comenzará a cambiar.

Crecimiento Interior
 
 
 
 
Explicando lo inexplicable

Un maestro estaba comiendo melón y le ofreció a su discípulo.

—¿Qué? ¿Está bueno? ¿Cómo lo encuentras de sabor?

—¡Está exquisito, Maestro! —respondió el discípulo.

—¿Qué es lo que está exquisito, el melón o la lengua? —preguntó el Maestro.

El discípulo se estrujó el cerebro y extrajo de allí al fin la siguiente confusa respuesta:

—El sabor del melón, puramente hablando, no existe, sino que lo percibimos en tanto que sabor debido a la interdependencia entre la lengua y el melón, y no sólo de estos dos, sino que también...

—¡Imbécil, más que imbécil! —le dijo el Maestro montando en cólera—. ¿A qué viene complicarse el espíritu de esa manera? ¡El melón está exquisito! ¡Eso es todo!


Cuentos con Sabiduria

dissabte, 30 de març del 2013






Dando nuestra comida, nos hacemos más fuertes, ofreciendo a los demás nuestros vestidos, nos hacemos más bellos, prestando desinteresadamente las moradas de la pureza y la verdad, conseguimos grandes tesoros.

                                                                          Buda

 


La Presencia es como ese rocío fresco y aromático de la mañana, que nos envuelve con un manto de maravilloso amor y cuando nos vamos a dar cuenta ya estamos calados hasta los huesos, ya no podemos vivir sin ella. Porque nos hace darnos cuenta que siempre hemos estado ahí, en los brazos amorosos y compasivos de la Vida. Entonces ya estamos preparados para ser ese “rocío”, fundirnos con la Vida para Ser la Vida que nunca dejamos de Ser
 
Parrafo "Vida y Sabidurias"
 


Es importante saber quién eres, qué quieres y cómo vas a conseguirlo!

Crecimiento Interior
 
Hoy Conductas de Éxito te invita a reflexionar y tomar de este artículo lo más adecuado para ti en cuanto a tu crecimiento y desarrollo personal y Profesional.
Debemos reconocer que no importa de dónde vengas, ni tu entrono.
Lo que interesa es que te detengas y recapacites que llegó el momento de pensar en ti, creer en ti, valorarte y saber que tienes derecho a un destino diferente y que además puedes construirlo tu mismo.

Para comenzar a edificarte es recomendable realizar una Planificación Personal, donde primero hay que saber lo que somos o dónde estamos y segundo el lugar a dónde queremos llegar o lo que deseamos ser en el futuro, por tanto la planificación personal se utiliza para ir de donde quiera que estés a donde quieras ir. Debes hacerlo según tu propio criterio, para complacerte a ti.

La causa de muchas de las insatisfacciones en nuestra vida es que no sabemos qué queremos, cuáles son nuestras prioridades y cómo vivirlas. Para saberlo, lo primero que tenemos que tener claro es la dirección que queremos marcar.

Desde mi punto de vista, siempre he considerado la planificación personal como la primera actividad a realizar, antes que cualquier otra cosa en nuestra vida, porque planificar otorga sentido y direccionalidad. No vale decir que no tengo tiempo, porque cuando algo es verdaderamente importante, siempre se le saca tiempo. ¿Es que no es importante quién eres, qué quieres y cómo vas a conseguirlo?

Esta herramienta es una manera sistemática de pensar y actuar. Tu capacidad de pensar, planificar, actuar y decidir, determinan el curso de tu vida. Con esta herramienta, nuestro propósito vital se traduce en objetivos concretos que facilitan la consecución de nuestras metas vitales, y por tanto sentirnos más realizados y satisfechos.

En nuestra vida hay momentos en los que conviene hacer un alto para reflexionar y reorientar nuestros objetivos, esclarecer nuestros sueños y desarrollar la visión de nuestro futuro. Te recomiendo, para empezar, que te hagas estas preguntas y las reflexiones con profundidad.

1. ¿Quién eres?
2. ¿Qué quieres?
3. ¿Qué sabes hacer?
4. ¿A dónde vas?

Las respuestas también te permiten aclarar, en cada área de tu vida qué quieres y lo que tienes que hacer para obtener lo que quieres.

Pasos para la planificación personal:

1. Valores: ¿cuáles son tus valores que más te importan en cada área de tu vida?

2. Visión: si tu vida fuera perfecta en esta área dentro de cinco años, ¿cómo sería?

3. Objetivos: ¿qué objetivos específicos debes lograr para cumplir con tu visión futura en esa área?

4. Conocimiento y habilidades: ¿en qué áreas tendrás que destacarte en el futuro para conseguir tus objetivos y completar tu visión?

5. Hábitos: ¿qué hábitos específicos de pensamiento y acción necesitas para ser una persona capaz de alcanzar los objetivos que te has marcado?

6. Actividades diarias: ¿qué actividades específicas tienes que ejecutar cada día para asegurarte ser la persona que quieres llegar a ser y alcanzar los objetivos que te has propuesto?

7. Acciones: ¿qué acción específica o acciones vas a emprender inmediatamente para empezar a concretar tu visión ideal futura?

La calidad de tu pensamiento determina la calidad de tu vida. Cuanto mejores sean las preguntas que te haces, mejores respuestas obtendrás de ellas. Tu mundo exterior es un reflejo de tu mundo interior. Para cambiar cualquier cosa en tu mundo exterior, debes empezar cambiando lo que te acontece en tu mundo interior.

Cuanto más claro tengas quién eres, qué quieres y qué tienes que hacer para conseguirlo, más rápido avanzarás. Conseguirás mucho más y tu vida será mejor en cada área

divendres, 29 de març del 2013




Pensamiento:
                         "Nunca hay viento favorable para el que no sabe hacia dónde va."
                                                                      
                                                                       Séneca






saberse

mirarse
reconocerse
verse en el otro
verse en la otra
sentirse sólo
sentirse sola
acompañarse en silencio
fluir
encontrarse
saberse
ser amiga
amigo
ser
estar en el mundo
buscarse hasta dar con uno mismo
hasta dar con una misma
consigo mismo
eternamente
subir y remontar
volver a empezar
alcanzar lo deseado
para olvidar
olvidarse de sí
olvidar
retomarse
volver a volar
escalar la vida
liviana
ligera de equipaje
con un sólo traje
el del alma que alcanza el vuelo hasta la mismidad

Las trabas no son otra cosa que falsos paisajes que se anteponen a nuestros miedos.

Relatos y Poesias

dijous, 28 de març del 2013


 


No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo.

                                                                               Albert Camus
  


Deseas comenzar de nuevo toda tu vida. Pues no esperes más. Eres tan capaz como cualquier otro ser humano.Disminuye tu ración de alimentos a la mitad. Es suficiente. Que tu alimento sea natural.Camina el doble. Haz algo con tus manos.Destruye todo lo que tu cerebro está produciendo, y reconstrúyelo totalmente nuevo.Habla lo menos posible, sobre todo de ti mismo y de la vida privada de las demás personas.No te entrometas en la vida de los que te rodean. Vive tu propia vida y deja que cada cual vida la suya propia.No eres dueño de nadie, y nadie es tu dueño.El amor no nos da derechos ni deberes.Escucha a todos, pero no sólo con los oídos, sino también con tus sentimientos, si no has permitido que esta torpe civilización te los haya destruido por completo(tanto los oídos como los sentimientos).A solas mira frecuentemente al horizonte, así no olvidarás que aún, el cielo se puede unir con la tierra.No pretendas ver nada, mira atenta y espontáneamente todo aquello que vaya surgiendo en cada uno de tus momentos.No busques escuchar nada, solo escucha con tranquilidad, sin formar parte de la confusión, el chisme, el ruido, y la trivial frivolidad que te rodea.El silencio también puede curarte.Piensa si todo lo que posees es realmente necesario para tu supervivencia.Piensa porqué no eres capaz de gozar con la simple satisfacción de tus necesidades.Piensa alguna vez, muy seriamente, si algo de lo que haces,( o la manera en que lo haces) está destruyendo tu serenidad y tu alegría.Recuerda que tu tranquilidad y tu capacidad de gozar son muy importantes para el bienestar de los que te rodean.Acepta a todos tal cual son, no pretendas cambiar a nadie, pero no temas ser diferente a ellos.No busques causas para alegrarte de estar vivo.Todo se puede comenzar de nuevo. ¿Adonde? Y donde sino dentro de ti mismo.Adelante. Puedes hacerlo. ¡Puedes hacerlo!No argumentes.Dentro del próximo minuto puedes llegar a convertirte en un nuevo Ser Humano.Vamos ¡ salta ! ….. ¡Salta ya mismo!
Manual del Hombre nuevo – Anónimo





Ropa y comida

Cuando a Mu-Chow, el maestro zen, le preguntaron:

—Nos vestimos y comemos todos los días. ¿Cómo podemos escapar de tener que ponernos la ropa y comer alimentos?

Mu-Chow contestó:

—Nos vestimos, comemos.

—No comprendo —dijo el monje.

—Si no compren­des, ponte la ropa y come ¾le contestó el maestro.
 
Cuentos con Sabiduria

dimecres, 27 de març del 2013






¿Sabes tu cual es el camino a seguir?
Solo hay un camino.....aquel que tu elijas concientemente, que sabes donde inicia, y sabes donde quieres que termine...mas tus pasos solo pueden guiarte a el, si sabes a donde quieres llegar.

Lao-Tsè




“He aprendido que los amores, pueden llegar por sorpresa o terminar en una noche. Que grandísimos amigos pueden volverse grandísimos desconocidos, y que, por el contrario, un desconocido puede volverse alguien inseparable. Que el “nunca más” nunca se cumple y que el “para siempre”, siempre termina”.
“Que el que quiere, lo puede, lo sigue, lo logra y lo consigue. Que el que arriesga no pierde nada, y el que no arriesga, no gana. Que el físico atrae, pero la personalidad enamora. Que si quieres ver a alguien, díselo, mañana será tarde. Que el sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional”.
“Y, sobre todo, he aprendido que no sirve de absolutamente nada:
seguir negando lo evidente”


 

Sabiduría inútil


Un siddha llegó a tener poderes ocultos, lo cual hizo que comenzara a henchirse de vanidad. Sin embargo, en el fondo era un hombre bueno y había practicado muchas austeridades.

Para corregirlo, el Señor apareció ante él vestido de sannyasin y le dijo: «Señor, he oído que usted ha obtenido grandes poderes ocultos». El siddha lo recibió con gran respeto y le pidió que se sentara. En ese momento pasó por allí un elefante, y el sannyasin le dijo al siddha: «Bien, señor, ¿puede usted, si quiere, matar a ese elefante?»
El siddha contestó: «Sí, puedo hacerlo», y tomando un puñado de tierra la tiró contra el elefante, pronunciando algunas palabras de encantamiento. De inmediato, el elefante cayó muerto. Entonces, el sannyasin exclamó: «Oh, ¡qué maravilloso es su poder! ¡Con qué facilidad ha matado usted al elefante! El siddha se sonrió al oír estas alabanzas.

El sannyasin volvió entonces a preguntar: «Bien, y... ¿ puede usted volver otra vez al elefante a la vida?»

«Sí, también puedo hacer eso», contestó el siddha, y tiró otro puñado de tierra sobre el elefante muerto, el cual volvió a la vida y se levantó enseguida.

Al ver esto, el sannyasin observó: «¡Su poder es en verdad asombroso! Pero me gustaría hacerle una pregunta: usted mató al elefante y luego lo resucitó, pero... ¿qué beneficio le ha traído esto? ¿Para qué ha servido? ¿Le ha ayudado para alcanzar a Dios?» Diciendo esto, desapareció.
 
 
Cuentos con Sabiduria

dimarts, 26 de març del 2013






"Seras feliz-dijo una vez la vida- pero primero te enseñaré a ser fuerte"
                                                                         Socrates

 

 

Cómo se gana el respeto


  • El respeto nace de tomarse a sí mismo y a los demas en serio. Esa seriedad nace de considerar la dignidad de la persona.
  • Cada persona es un hijo de Dios; y todo hombre y mujer tiene, por el hecho de ser persona, una gran dignidad, tenga lo que tenga, sea lo que sea, y esté en la situación que esté.
  • Se suele respetar habitualmente a las personas que se respetan a sí mismas. Esas personas se ganan el respeto de los demás.
  • Una persona que no se respeta a sí misma (que se pone en circunstancias donde pierde la dignidad) acaba siendo menos respetada por los demás: por ejemplo, una persona que se emborracha en público.
  • El respeto se gana con:
  • Humildad, comprensión, sencillez y cercanía: El respeto lleva a no sin hacer distinciones entre las personas, tratándolas a todas por igual en cuanto a su dignidad de hijos de Dios, y de modo distinto, conforme a sus circunstanciaspersonales:
    A todas por igual en cuanto a su dignidad: no se puede tratar con menos respeto a una persona por tener determinada profesión (árbitro, guardia de tráfico, etc.); o por estar en determinada situación (emigrante, encarcelado, novato, etc.).

    De modo distinto, conforme a su circunstancia.
    El respeto lleva a tratar de distinto modo a un niño que a un anciano, a un enfermo que a una persona sana.
  • Cordialidad y amabilidad: El respeto a todos lleva a ser amable con todos, y a ser cordial con todos sin distinciones de situación, condición social, inteligencia, etc..
  • El respeto no es un formalismo, ni se queda en simple “urbanidad”
  • El respeto no consiste en tratar a las personas de modo formal, con simple corrección externa.
  • Tratar a una persona – sin un motivo que lo justifique- de forma fría y distante (el funcionario que maltrata a los que le preguntan algo que no saben, por ejemplo) , es una falta de respeto hacia la propia singularidad de cada persona.
  • El respeto es más que urbanidad: lleva al reconocimiento, al afecto hacia los demás. No hay ninguna situación que justifique la falta de respeto (por ejemplo, un fallo del conductor de un autobús; un fallo en un arbitraje deportivo; una broma en una fiesta.) Nada justifica el insulto, la burla, la reacción desproporcionada.
  • El verdadero respeto lleva a saber comportarse con los demás, con flexibilidad, de acuerdo a su situación. La buena educación lleva a adaptarse a la situación del otro, sin crear barreras o distancias innecesarias, intentando hablar en el lenguaje de cada uno.
    Una persona que trata a otra de menos formación cultural con prepotencia, sin adaptarse a la sencillez de su lenguaje, usando términos cultos para humillarle, es irrespetuosa; del mismo modo que si se dirigiera a una persona relevante de forma chabacana.
Respecto base de la Sabiduria
  • En el primer tercio del siglo XX, durante una visita real a una zona muy deprimida de un país europeo, el rey invitó al alcalde de un pequeño pueblo a comer con él y con el séquito que le acompañaba.
    El alcalde del pueblo desconocía el uso de la fuente con agua para limpiarse los dedos y comenzó a usarla como un vaso más para beber. Los que le acompañaban cometieron la falta de educación y de respeto de reirse de él, olvidando que no tenía por qué conocer esa costumbre.
    El rey, al ver lo ocurrido, como signo de respeto comenzó a usar también la fuente como un vaso y todos los comensales se vieron obligados a hacer lo mismo.

 

El respeto en el ámbito de la amistad


  • El respeto lleva a desterrar la prepotencia, el malhumor y la autosuficiencia en el trato con los demás.

  • El respeto lleva a valorar las opiniones de los demás, aunque no se compartan, sin querer imponer las propias con malos modos.
  • Lleva a decir siempre la verdad con caridad; y no decir lo que puede ser una falta de caridad, por verdadero que sea.
  • “Decir todo lo que se piensa, todo lo que brota en el corazón” no es ser sincero, ni espontáneo; es ser poco prudente, poco maduro, poco caritativo y generoso.Una persona así, no manifiesta afecto por los demás; y el afecto, el respeto y admiración mutua son base de la verdadera amistad.

Crecimiento Interior
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dilluns, 25 de març del 2013





* Entre los animales; los pájaros vuelan; los peces nadan y los otros animales corren. Los que corren pueden ser detenidos por una trampa; los que nadan pueden ser detenidos por una red; y los que vuelan pueden ser detenidos por una flecha. Pero luego está el Dragón; no sé como viaja bajo el agua ni como recorre la tierra; no sé cómo cabalga en el viento ni cómo surca los cielos. Al Dragón nadie puede detenerlo.

Lao-Tsè

 

 

La Libertad Primera y Última

 La sencillez

Quisiera dilucidar qué es la sencillez; y de ahí quizá podamos llegar al descubrimiento de la sensibilidad. Pensamos, al parecer, que la sencillez es mera expresión externa, vida retirada; tener pocas posesiones, andar de taparrabo, carecer de hogar, usar poca ropa, tener una exigua cuenta bancaria. Eso, evidentemente, no es sencillez. Eso es mero exhibicionismo. Y a mí me parece que la sencillez es esencial. Pero la sencillez sólo puede surgir cuando empezamos a comprender el significado del conocimiento propio.
La sencillez no es mera adaptación a un patrón de vida. Se requiere mucha inteligencia para ser sencillo, y no, simplemente, amoldarse a cierta norma por meritoria que ella sea en su aspecto externo. Por desgracia, casi todos empezamos por ser sencillos en apariencia, en las cosas externas. Es relativamente fácil tener pocas cosas y estar satisfecho con ellas, contentarse con poco y hasta compartir ese poco con los demás. Pero una mera expresión externa de sencillez en las cosas, en las posesiones, no implica por cierto sencillez en el fuero íntimo. Porque, tal como el mundo es actualmente, se nos incita desde afuera, desde lo exterior, a tener más y más cosas. La vida está haciéndose cada vez más compleja. Y, con el fin de escapar a todo eso, tratamos de renunciar o de desprendernos de las cosas: automóviles, casas, organizaciones, cines, y de las innumerables circunstancias que desde lo externo se nos imponen. Creemos que seremos sencillos viviendo retirados. Muchos santos, muchos instructores, han renunciado al mundo; y me parece que tal renunciación por parte de cualquiera de nosotros no resuelve el problema. La verdadera sencillez, la sencillez fundamental, sólo puede originarse en el fuero intimo; y de ahí proviene la expresión externa. Cómo ser sencillos es entonces nuestro problema; porque esa sencillez nos hace más y más sensibles. Una mente sensible, un corazón sensible, son esenciales, pues así uno es capaz de percepción rápida, de pronta captación.
Es, pues, indudable, que sólo se puede ser interiormente sencillo cuando uno comprende los innumerables impedimentos, apegos, temores, que a uno lo tienen sujeto. Pero a la mayoría de nosotros nos gusta estar sujetos a las personas, a las posesiones, a las ideas. Nos gusta ser prisioneros. Interiormente somos prisioneros, aunque en lo externo parezcamos muy sencillos. Interiormente somos prisioneros de nuestros deseos, de nuestros apetitos, de nuestros ideales, de innumerables móviles. Y la sencillez no puede hallarse a menos que seamos interiormente libres. Ella, por lo tanto, ha de empezar primero en lo interno, no en lo exterior.
Hay, por cierto, una extraordinaria libertad cuando uno comprende todo el proceso del creer, cuando uno comprende por qué la mente se apega a una creencia. Y, cuando uno se ve libre de creencias, hay sencillez. Pero esa sencillez requiere inteligencia; y para ser inteligente hay que darse cuánta de los propios impedimentos. Para darse cuenta hay que estar constantemente en guardia, sin asentarse en determinada rutina, en determinado tipo de acción o de pensamiento. Porque, después de todo, lo que uno es en su interior influye sobre lo externo. La sociedad, o cualquier formó de acción, es la proyección de nosotros mismos; y, si no nos transformamos interiormente, la mera legislación significa muy poco en lo externo; puede traer ciertas reformas, ciertos reajustes, pero lo que uno es en su interior se sobrepone siempre a lo externo. Si internamente uno es codicioso, ambicioso, si persigue ciertos ideales, esa complejidad íntima terminará por trastornar, por demoler la sociedad externa, por cuidadosamente planeada que ella pueda estar.
Por eso, ciertamente, uno tiene que empezar por el fuero íntimo, sin excluir ni rechazar lo externo. No hay duda de que llegáis a lo interno al comprender lo externo, al descubrir por qué el conflicto, la lucha, el dolor, existen en el mundo exterior; y a medida que esto se investiga más y más, penetra uno naturalmente en los estados psicológicos que producen los conflictos y miserias externas. La expresión externa es mero indicio de nuestro estado interior; mas para comprender ese estado íntimo, uno ha de enfocarlo a través de lo externo. Eso es lo que casi todos hacemos. Y, al comprender lo interno ‑no en forma exclusiva, ni rechazando lo externo, sino comprendiendo lo externo y de ese modo llegando a lo interno-, encontraremos que, al proseguir investigando las íntimas complejidades de nuestro ser, nos hacemos cada vez más sensibles y más libres. Es esa sencillez interior la que resulta esencial, porque esa sencillez despierta sensibilidad. Una mente que no es sensible, que no está alerta, perceptiva, es incapaz de receptividad, de toda acción creadora. La conformidad, como medio de llegar a la sencillez, realmente embota e insensibiliza la mente y el corazón; Cualquier forma de compulsión autoritaria ‑impuesta por el gobierno, por uno mismo, por el ideal de realización, y lo demás-, cualquier tipo de conformidad tiene que contribuir a la insensibilidad, a que no seamos interiormente sencillos. Exteriormente podéis someteros y dar la impresión de sencillez como lo hacen muchas personas religiosas. Ellas practican diversas disciplinas, ingresan a distintas organizaciones, meditan de una manera especial y así sucesivamente, todo lo cual les confiere una apariencia de sencillez. Pero tal conformidad no contribuye a la sencillez. Ninguna forma de compulsión puede jamás conducir a la sencillez. Al contrario: cuanto más reprimís, cuanto más substituir, cuanto más sublimáis, menos sencillez existe. Cuanto mejor comprendáis, empero, el proceso de la sublimación, de la represión, de la substitución, mayor será la posibilidad de ser sencillos.


Nuestros problemas ‑sociales, ambientales, políticos, religiosos- son tan complejos, que sólo podemos resolverlos, no volviéndonos extraordinariamente eruditos y sagaces, sino siendo nosotros sencillos. Porque una persona sencilla ve mucho más directamente que la persona compleja; su experiencia es más directa. Y nuestra mente está tan abarrotada con un infinito conocimiento de hechos, de lo que otros han dicho, que nos hemos incapacitado para ser sencillos y tener nosotros mismos experiencia directa. Estos problemas requieren un nuevo enfoque, y tal enfoque sólo es posible cuando somos sencillos, realmente sencillos en nuestro fuero intimo. Esa sencillez llega tan sólo con el conocimiento propio, mediante la comprensión de nosotros mismos: de las modalidades de nuestro pensar y sentir, de la actividad de nuestros pensamientos, de nuestras respuestas; comprendiendo cómo nos sometemos, por miedo, a la opinión pública, a lo que otros dicen, a lo que ha dicho Buda, Cristo, los grandes santos, todo lo cual indica nuestra tendencia natural a someternos, a ponernos a salvo, a estar seguros. Y, cuando uno busca seguridad, es evidentemente porque uno se halla en un estado de temor. Y por lo tanto no hay sencillez.
Si uno no es sencillo, no puede ser sensible: a los árboles, a los pájaros, a las montañas, al viento, a todas las cosas que ocurren alrededor de nosotros en el mundo. Y si no hay sencillez, no puede uno ser sensible a las profundas insinuaciones de las cosas. La mayoría de nosotros vive muy superficialmente, en el nivel superior de la conciencia. Allí tratamos de ser reflexivos o inteligentes, lo cual es sinónimo de religiosidad; allí tratamos de que nuestra mente sea sencilla, mediante la compulsión, mediante la disciplina. Pero eso no es sencillez. Cuando forzamos la mente superficial a ser sencilla, tal compulsión sólo consigue endurecer la mente, no la torna ágil flexible, lista. Ser sencillo en el proceso íntegro, total, de nuestra conciencia, es extremadamente arduo. Porque no debe existir ninguna reserva interior; tiene que haber ansia por averiguar, por descubrir el proceso de nuestro ser. Y ello significa estar alerta a toda insinuación, a toda sugerencia; darnos cuenta de nuestros temores, de nuestras esperanzas, investigar y libertarnos de todo eso cada vez más y más. Sólo entonces, cuando la mente y el corazón sean realmente sencillos, cuando estén limpios de sedimentos, seremos capaces de resolver los múltiples problemas que se nos plantean.
El saber no resolverá nuestros problemas. Podéis saber, por ejemplo, que existe la reencarnación, que hay continuidad después de la muerte. Puede que lo sepáis; no digo que lo sabéis; o puede que estéis convencidos de ello. Pero eso no resuelve el problema. A la muerte no podéis hacerla a un lado mediante vuestra teoría o información, o con vuestras convicciones. Es mucho más misteriosa, mucho más honda, mucho más creadora que todo eso.
Hay que tener capacidad para investigar todas esas cosas de un modo nuevo; porque es sólo a través de la experiencia directa como se resuelven nuestros problemas; y para tener experiencia directa ha de haber sencillez, lo cual significa que tiene que haber sensibilidad. El peso del saber embota la mente. Asimismo, la embotan el pasado y el futuro. Sólo una mente capaz de adaptarse de continuo al presente, de instante en instante, puede hacer frente a las poderosas influencias y presiones que el medio ejerce constantemente sobre nosotros.
Por eso el hombre religioso no es, en realidad, el que viste una túnica o un taparrabo, el que come tan sólo una vez al día, o el que ha hecho innumerables votos de ser esto y de no ser aquello, sino aquel que es interiormente sencillo, aquel que no está "deviniendo" algo. Una mente así es capaz de extraordinaria receptividad, porque no tiene barreras, no tiene miedo, no va en pos de nada. Ella es, por lo tanto, capaz de recibir la gracia, de recibir a Dios, la verdad o como os plazca llamarle. Pero la mente que persigue la realidad no es una mente sencilla. La mente que busca, que escudriña, que anda a tientas, agitada, no es una mente sencilla. La mente que se ajusta a cualquier norma de autoridad, interior o externa, no puede ser sensible. Y sólo cuando la mente es de veras sensible, cuando está alerta y es consciente de todo lo que en sí misma ocurre, de sus propias respuestas, de sus pensamientos, cuando ya ha cesado en su devenir, cuando ya no se modela a sí misma para ser algo, sólo entonces es capaz de recibir aquello que es la verdad. Es sólo entonces cuando puede haber felicidad; porque la felicidad no es un fin, es la expresión de la realidad. Y cuando la mente y el corazón se han vuelto sencillos y por lo tanto sensibles ‑no mediante forma alguna de coacción, de dirección o de imposición-, entonces veremos que es posible atacar nuestros problemas muy sencillamente. Por complejos que sean, podremos abordarlos de un modo nuevo y verlos en forma diferente. Y eso es lo que se necesita actualmente: gente capaz de hacer frente a esta confusión externa, a esta barahúnda y antagonismo, de un modo nuevo, creativo y sencillo, no con teorías ni con fórmulas, sean de la izquierda o de la derecha. Y no podéis hacer frente a eso de un modo nuevo si no sois sencillos.
Un problema sólo puede ser resuelto cuando lo abordamos de un modo nuevo. Pero no podemos abordarlo de un modo nuevo si pensamos en términos de una u otra norma de pensamiento, religioso, político o de otra índole. Por consiguiente, para ser sencillos hemos de librarnos de todas esas cosas. Por eso es tan importante que nos demos cuenta, que tengamos la capacidad de comprender el proceso de nuestro propio pensar, que nos conozcamos a nosotros mismos totalmente. De ello proviene una sencillez, una humildad que no es ni virtud ni disciplina. La humildad que se gana, deja de ser humildad. Una mente que se torna humilde, ya no es humilde. Y es sólo cuando se tiene humildad ‑no una humildad cultivada- cuando uno puede hacer frente a las cosas apremiantes de la vida; porque entonces no es uno mismo lo importante, no mira uno a través de las propias presiones y del sentido de la propia importancia. Uno mira el problema en sí, y entonces puede resolverlo.
Jiddu Krishnamurti

diumenge, 24 de març del 2013




“No conozco un valor mayor que el necesario para mirar dentro de uno mismo.”

OSHO
 
 
 
 
 
 
¿Sabías que el tiempo es el único recurso que no se puede recuperar o reponer?
 
 
Es duro sí, pero tan cierto que reflexionarlo es necesario para poder dar un giro a tu vida. Da igual si ahora estas bien o no, reflexionar sobre esto puede salvarte la vida ya que no sabes cuándo te veras inmerso en escenarios de inmovilidad y bloqueo generados por los miedos y creencias limitantes que todos tenemos.
Déjame que te diga algo, ¡¡¡ estás aquí para vivir plenamente ¡¡¡ estás aquí para hacer realidad tus sueños y para cumplir con tu propósito personal. Nada más que eso. Todo lo demás se convierte en fuente de sufrimientos y luchas agotadoras que solo satisfacen a tu ego.

Hay muchas personas que saben que tienen algo ahí pero no saben que es ni cómo desarrollarlo, no te estreses, tan solo abandónate y deja que eso lidere tu vida. ¿Da vértigo y miedo? Desde luego que sí, pero calma, tan solo hay que sentir que es lo que realmente quieres ser en tu vida. Estas a tiempo, si, tienes toda la vida por delante para vivir desde esa energía y vibración, cuando lo hagas estarás ganando tiempo al tiempo.

Y, ¿Cómo se gana tiempo al tiempo? Hay muchas formas de lograrlo, pero sobre todo, descubrir que ahí dentro, si, coge tu mano derecha y ponla en tu corazón, es ahí donde debes preguntar. Ahí reside una energía que está esperando a expandirse, podrás ocultarla o mirar para otro lado, pero siempre esta vibrando, latente, esperando a que tomes la gran decisión. Vivir acorde a esa vibración es la gran decisión, ese día comenzaras a ganar tiempo al tiempo ya que estarás haciendo aquello por lo que viniste a este mundo


No te preocupes por nada porque aquello que hoy visualices para ti puede hacerse realidad, ten confianza, aleja los miedos, siente el poder de la decisión y avanza sin poner resistencias. Sé que no es fácil pero, ¿Sabes que calidad de vida y felicidad puedes experimentar si logras vivir de ese modo? No se puede explicar con palabras.

Sabiduria Interior

dissabte, 23 de març del 2013




Dormía..., dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté y vi que la vida no era más que servir... y el servir era alegría.

R. Tagore
 
 
 
Reseña biográfica

Poeta, filósofo y pintor indio nacido en Calcuta en 1861.
Hijo de un líder Brahmo Samaj, fue el menor de catorce hermanos. Recibió la educación básica en casa donde existió un gran ambiente intelectual.
A los diecisiete años fue enviado a Inglaterra para completar su educación; sin embargo, interrumpió los estudios cuando asistía a University College de Londres y regresó a su país para matricularse en escuela experimental en Shantiniketan. La primera parte de su obra está contenida en "Carta de un viajero en Europa" 1881, "Canciones del atardecer" 1882 y "El despertar de la fuente" 1882. Después de su matrimonio en 1883, continuó su larga carrera literaria, destacándose especialmente como poeta, con obras como "Gitanjali" 1912, "El Jardinero" 1913, "Luna Creciente" 1913, "Punashcha" 1932, "Shes Saptak" 1935, y "Patraput" 1936.
En 1912 regresó a Londres, en 1913 recibió el Premio Nobel de Literatura y en 1915 fue nombrado Caballero por el Rey Jorge V.
Falleció el 7 de agosto de 1941. ©
 
 
No te atormentes por su corazón, corazón mío;
déjalo en la oscuridad. ¿Qué se yo si su belleza es sólo
de su cuerpo, y su sonrisa sólo de su cara? Déjame
aceptar sin preguntas este sencillo sentido
de sus miradas, y ser así feliz.
 
R. Tagore
 
 
 
 
 

divendres, 22 de març del 2013









Desde la inocencia, la humildad, la curiosidad y el entusiasmo, descubramos quienes somos realmente, como se nos presenta la vida cuando la vemos desde esa visión. Tal y como cuenta una bonita historia Zen, dejamos de llenar la taza de té con más té (nuestros contenidos mentales), para poner toda nuestra atención en la taza vacía sin contenidos viejos, y fluir con lo que la vida desde su sabiduría nos va proponiendo.

Rimponche


El cauce de un río no lo puedes atrapar, sólo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas y dejarlo seguir. Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrutálas y dejálas ir.

Ringu Tulku Rimpoché




EL ESPLENDOR APRISIONADO

La verdad está dentro nuestro, no detiene la subida desde las cosas exteriores, las que puedes creer hay un centro recóndito en todos nosotros donde la verdad permanece en plenitud y alrededor, pared sobre pared, la grosera carne la encierra dentro, esta perfecta, clara percepción - la cual es la verdad. Una desconcertante y pervertidora malla carnal, la amarra y comete todo error: y saber consiste bastante en ensanchar un camino, de donde el esplendor aprisionado pueda escapar, que en efectuar una entrada para una luz supuesta de estar afuera.

( Robert Browning, Paracelso, Parte l )

dijous, 21 de març del 2013




"Una de las claves para tener calidad de vida y alcanzar tus metas es dejar de hacer lo conveniente para empezar hacer lo correcto."
                                                        Robin Sharma

 
 
 
El Camino del medio


El monje Lucas, acompañado de un discípulo, atravesaba una aldea. Un viejo preguntó al asceta;

Santo hombre, ¿cómo me aproximo a Dios?

Diviértete. Alaba al Creador con tu alegría fue la respuesta.

Los dos continuaron caminando. En este momento se acercó un joven:

¿Qué hago para aproximarme a Dios?

No te diviertas tanto dijo Lucas

Cuando el joven se hubo alejado, comentó el discípulo:
Parece que no sabe usted muy bien si debemos divertirnos o no.

La búsqueda espiritual es un puente sin barandillas atravesando un abismo respondió Lucas. Si alguien está muy cerca del lado derecho le digo “ve hacia la izquierda”. Si se acercan al lado izquierdo, digo “hacia la derecha”. Porque los extremos nos alejan del Camino.

 

Cuentos con Sabiduria





Naturalidad:

Esta virtud, unida a la sencillez, lleva a comportarse conforme tal y como uno es, sin adoptar actitudes falsas o artificiosas; sin pensar como “juzgarán” nuestra actuación; sin pretender dar una imagen diversa de uno mismo para ser aceptado por los demás; o sin inhibirse, intentando pasar inadvertido por timidez.
Para algunas personas puede resultar difícil comportarse de modo espontáneo y natural en presencia de los demás, o de algunas personas concretas. Esto es especialmente frecuente cuando tratan con desconocidos o acuden a ciertas fiestas o reuniones (…). La causa de estis fenómenos suele guardar relación con la timidez, la inferioridad, la falta de seguridad en uno mismo o con un escaso desarrollo de las habilidades sociales.
Estas personas se comportan así como si los demás fuesen jueces que constantemente les estuviesen observando para evaluarlos. La inseguridad en ellos mismos (…) les lleva a pensar que se van a comportar de modo inadecuado, con lo que procuran medir todos sus comportamientos de un modo excesivo, que los hace forzados y artificiosos (…).
Comportándose de un modo sencillo, espontáneo y natural, todos esos problemas desaparecen. Al mostrarse relajados infunden confianza en los demás, facilitando que éstos a su vez se relajen, con lo que la relación se establece de un modo más sincero y fluido. Al actuar con espontaneidad, además, resulta más fácil ser aceptado por los otros”
 
Fuente: Paz con uno mismo 

dimecres, 20 de març del 2013

 
 
 
 
El alquimista

Un joven, deseoso de buscar el verdadero conocimiento, abandonó todo y resolvió llevar una vida errante, para dedicarse enteramente a la búsqueda de la sabiduría.

Estaba en una cierta zona de Asia, cuando oyó hablar en una ciudad de un hombre sabio que vivía en una montaña lejana, y que tenía la capacidad de fabricar oro de las piedras. Al oír esa historia, decidió ponerse en camino, encontrar a ese sabio, y pedirle que le enseñase ese maravilloso poder.

Tras muchas jornadas de camino y penalidades, consiguió llegar al lugar donde vivía el alquimista, y le pidió que le enseñase el don de fabricar oro. El anciano le miró compasivo, le dio una escoba de barrer y le dijo: «Más tarde te enseñaré. Ahora, coge esta escoba y ponte a barrer».

Cuando hubo terminado, el joven volvió a su petición, pero el anciano le dio un delantal, y le conminó a que se metiera en la cocina y preparase algo para comer. «Mañana te enseñaré lo que quieres saber —le dijo—. Hoy se ha hecho muy tarde».

Al día siguiente, el alquimista encargó al muchacho multitud de tareas: cavar un campo de hortalizas que había cerca, arreglar el techo de la cabaña, ordeñar unas cabras... por la noche, el joven volvió a preguntar, pero obtuvo la misma respuesta: «Mañana».

Pero el día siguiente fue igual que el anterior: trabajos y más trabajos. Y fueron pasando los días, las semanas, los meses y los años, y el muchacho no cesaba de trabajar, de encargarse de toda clase de faenas. De vez en cuando, le recordaba al anciano su demanda, pero siempre era igual la respuesta: «Mañana».

Así, llegó el momento en que el muchacho, ya maduro, se olvidó de preguntar: Ya no recordaba la intención que le había llevado a aquel lugar. Se limitaba a trabajar y a descansar.

Entonces, una mañana, el maestro le llamó y le dijo: «Muy bien, deja eso que estás haciendo y ven conmigo, porque voy a enseñarte ahora cómo fabricar el oro».

El muchacho, que estaba regando la huerta, respondió inmediatamente, sin volver la cabeza: «Mañana, maestro, ahora estoy muy ocupado. Estas plantas necesitan agua».
 
Cuentos Con Sabiduria